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«Empezar la casa por el tejado»

«Empezar la casa por el tejado»
septiembre 22, 2016 Fernando

Sobre la adicción a Redes Sociales

«Empezar la casa por el tejado»

FaceBook y el resto de redes sociales están creando una nueva forma de ser persona donde la identidad propia se exhibe y se elige cuidadosamente (colgando ese vídeo de youtube de tal grupo musical, esa foto con filtro al lado de cierta persona, esa noticia de prensa novedosa, etc). Nos construimos afanosamente para ese escaparate en el que deseamos mostrarnos y ser admirados por las personas añadidas en nuestra red.

Así, somos re-construidos desde nuestra capa más superficial y narcisista (como en ese dicho popular «empezar la casa por el tejado«). Frente al antiguo “Conócete a ti mismo” que propugnaba el Oráculo de Delfos y que Sócrates repetía como un mantra, ahora uno se vende a los demás desde el supuesto de compartir información de manera rápida y grata (podíamos denominarlo como en un formato fast-food). Desde la apariencia, nos miramos y re-conocemos (dando al botón de «like») quedando las relaciones sociales segadas y reducidas, la comunicación se deviene parcial y poco auténtica; y es que la verdadera amistad queda muy lejos de saber qué hace tal conocido al que añadí en mi red, ese al que nunca llamo pero al que si sigo en su Face…

Las redes sociales funcionan como perfectas máquinas de intimidad a partir de la norma implícita de evitar toda entrada poco estética o negativa, en un cálculo hecho desde el hedonismo y el narcisismo.

De esta forma, y por poner un ejemplo que ilustre dicho cálculo, nos situaremos ahora lectores de este post, en nuestro presente, en nuestro aqui y ahora, para realizar un ejercicio de imagineria…

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Volvemos en estas semanas de septiembre de vuelta a la rutina tras el periodo estival… ¿imaginamos ver alguna foto colgada en Facebook de alguien llorando en El Caribe?, ¿o teniendo discusiones con su familia por la intensa convivencia que se da en vacaciones? o podíamos plantearnos también siguiendo el hilo de tal reflexión, ¿es realmente una suculenta comida o un «running» por la ciudad, sucesos dignos de ser narrados?. ¿No nos hace sospechar que se invierta tanto tiempo de disfrute en ese registrar todo para colocarlo en nuestro muro?, ¿porqué esa necesidad de exponernos y de compararnos con otros post de personas cuasi desconocidas que en realidad se peinan y sonríen para posar en cientos de selfies?.

Ese nuevo «yo» que se proyecta en las redes es consumidor, adicto y publicista de si mismo, o más bien, de la imagen que quiere identificar con ser él mismo.

Desde la psicología se está estudiando las repercusiones de tales conflictividades, ya que la adicción es a día de hoy, una grave realidad que desde la psicoterapia se corrobora cotidianamente. Como señala Roberto Balaguer «Con estas conductas aparece un aumento de la autoestima en los casos de adicciones, ya que encuentran en esta «vida alternativa» un placer, una sensación de intimidad, pocas veces lograda y una sensación de «ser uno mismo».

La Dra. Cecilia Schou Adreassen en enero de 2011 comenzó una seria de estudios con intención de crear una escala de medición que facilitara la investigación del tratamiento, la evaluación clínica, y la estimación de la prevalencia de adicción a Facebook en la población mundial.

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Como conclusiones de tales investigaciones extrajo que Facebook crea una mayor dependencia entre las personas más ansiosas e inseguras que a su vez utilizan más Facebook que otros individuos con puntuaciones más bajas en estos rasgos. Por otro lado, las personas más ambiciosas y más organizadas, tienen menor tendencia a desarrollar una adicción a la red social. Tales conclusiones parecen atender a una escala de motivación diferente entre dependientes VS. independientes, siendo en los primeros la patología narcisista más prevalente que en los segundos.

En #Sinadic tratamos cada caso atendiendo la particularidad individual de cada paciente, pero a la vez también somos expertos en la conflictividad de la adicción como enfermedad generalista. Las redes sociales no nos parecen negativas por si mismas, son un instrumento potente y útil del que se puede hacer uso constructivo y responsable. Por ello la buena utilización de las redes sociales nos parece más la norma que la excepción, aunque no por ello dejamos de interesarnos por las causas últimas que generan las adicciones.

Prevención

En nuestro centro concebimos las conductas compulsivas como síntomas de una demanda interna más profunda que no está siendo atendida por la persona. Por ello el instrumento, en este caso facebook u otras redes sociales, donde se fosiliza tal herida deja de ser el chivo expiatorio del sufrimiento psicológico. Muy al contrario, opinamos que la psicoterapia es el espacio adecuado para que esa persona que a la manera de Sócrates necesita ser reconocida en su verdadera identidad, sane y se encuentre en su verdadera naturaleza.

Concluimos la reflexión de hoy dando unas pinceladas desde la prevención, enumeramos así una serie de conductas que pueden ser indicativas de «ese mal uso» o «abuso» de la utilización de las redes sociales:

  • Pasar mucho tiempo pensando en Facebook o planear su uso.

  • Sentir el impulso de usar aún más esta red social.

  • Utilizar estas plataformas como remedio para olvidar problemas personales.

  • Tratar de reducir el tiempo de uso sin éxito.

  • Sentirse inquieto si se prohíben sus usos.

  • Haber utilizado tanto Facebook u otras redes hasta haber tenido un impacto negativo sobre el trabajo o los estudios.

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